Las vidas más grandes también tienen ciclos de vida y muerte, también tienen ciclos de sueño y las almas espirituales contenidas en ellas acompañan estos ciclos. Temporalmente, son períodos extremadamente largos para la conciencia terrenal humana. Para la conciencia de la Gran Vida, la experiencia del tiempo es ciertamente diferente. Recomiendo considerar estas cuestiones temporales como menos importantes para la vida terrenal, porque el crecimiento del alma en la experiencia no se decide por lo temporal, sino por cómo se traduce el conocimiento en acción.
Los ciclos de vida del alma humana, así como de las Vidas Mayores, tienen forma de U. Desde lo espiritual puro hay un descenso a lo material respectivo, para luego volver a ascender a lo espiritual en el punto de inflexión inferior del movimiento, junto con la experiencia adquirida. Para el actual ciclo largo de la Tierra, el ritmo de la Vida Mayor determinó la expansión de lo espiritual hacia lo material hasta el final del siglo XIX, para luego volver a esforzarse hacia lo espiritual en la zona de inversión. Desde entonces, se trata de la cosecha de experiencias y la transferencia de estas experiencias a través del alma a la 2ª dimensión adyacente. En términos de tiempo, este proceso se retrasa actualmente y puede fallar. Los fracasos y, por tanto, los ciclos repetidos también son posibles en las grandes existencias integrales.
