El camino es la acción y la experiencia. Es un camino espiritual a través de vidas sucesivas. Si el alma tiene la conciencia necesaria, entonces el tiempo entre las vidas físicas terrestres debe ser visto como otra vida.
Para tomar conciencia de esta existencia, necesita los conceptos necesarios de las enseñanzas de los siglos pasados. Las percepciones experimentadas en el sueño y a través de los pensamientos intuitivos deben poder ser nombradas correctamente. Para este proceso de concienciación, la aceptación de la existencia de un mundo superior y graduado y la acción ética son inicialmente suficientes. La acción ética está por encima de todo.
En el camino dentro de una vida y en el proceso de otras vidas, los sentidos se desarrollan. En la vida cotidiana, están condicionadas por nuestro estado físico. Si se sensibilizan y agudizan, los conceptos de la sabiduría espiritual son necesarios para poder nombrar correctamente las percepciones. Es aconsejable ser bastante prudente con las designaciones definitivas. Debido a los peligros de error y autoengaño que conlleva, las prácticas de métodos extremos de salvación de lo terrenal suelen ser destructivas para el alma. Esto es una advertencia. El llamado paraíso es una quimera. Las crisis del alma son crisis de conocimiento. Las crisis de la Vida Mayor, como en la actualidad, asustan y caotizan a grupos enteros de almas. Si la conciencia de la gente no contiene la verdad de las repetidas vidas terrestres en pequeñas porciones, habrá graves conflictos de diversa índole, muchos de los cuales ya son visibles.
